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sábado, 22 de junio de 2013

LAS ARTES EN EL REINO DE MURCIA DURANTE EL SIGLO XV

Aquí no lo subo completo que me lo copian. 




ARTE EN EL “REYNO DE MURCIA” EN EL SIGLO XV





1.- INTRODUCCIÓN.
2.- LAS ACTUACIONES ARQUITECTÓNICAS: EL CULTO EN EL “REYNO DE MURCIA”.
-SANTA MARÍA LA MAYOR DE MURCIA.
-SANTA MARÍA DEL SALVADOR EN CHINCHILLA.
-SANTA MARÍA DE LORCA.
-IGLESIA COLEGIAL dE ORIHUELA.
-SANTIAGO DE ORIHUELA.
-SANTIAGO DE JUMILLA.


1.- INTRODUCCIÓN.

Una panorámica de las actuaciones arquitectónicas del siglo XV en el “Reyno de Murcia” es un trabajo de recopilación de datos para el conocimiento del arte de los llamados reinos de Frontera y al mismo tiempo para conocer la evolución y peculiaridades que mantuvo esta tierra -a mitad de camino entre Aragón, Castilla y Al-Andalus, con muchos vestigios romanos -cada día aparecen con más frecuencia y diferente suerte arqueológica, y que perdieron su vigencia cultural por ese proceso de inmersión- en una sociedad musulmana muy consolidada en las tierras del reino Nazarí. El convertirse en parte conquistada y repoblada por aragoneses que pasa a manos de Castilla tiene también su impronta en el arte, pero el más destacado es el trabajo constructivo-devocional realizado por las órdenes militares como consolidación del territorio frontera y asentamiento definitivo de una población “multicultural”, diversa y estudiada -con cierta profusión de detalles por los medievalistas murcianos- que llega al siglo XV en una mezcolanza poco usual en otras tierras y con una permisividad algo distinta para las cuestiones religiosas y sociales como han demostrado los reductos de moriscos bien estudiados por Juan Torres Fontes o Miguel Rodríguez Llopis. En el ámbito del arte, la necesidad de fortalecer la sensación general de implantación de la influencia Castellana en el territorio -aunque se hiciera una veces con filo de espada y otras de forma consensuada- es uno de los asuntos mejor estudiados por los profesores Belda y Hernández Albaladejo en el libro Arte en la región de Murcia, que lógicamente nos sirve de guía para la elaboración de este trabajo que acotamos al siglo XV como época de transformación máxima de una tierra cuya idiosincrasia quedó establecida a través de las relaciones entre su población, las clases dominantes y una serie de peculiaridades extremas que pocas veces se vieron en el contexto de la reconquista. A instancias del profesor Manuel Pérez Sánchez me gustaría detenerme en dos apartados básicos del Arte en Murcia: uno, las creaciones arquitectónicas del siglo XV, que estratégicamente asientan los principios de culto del cristianismo en los mayores núcleos de población del reino:

Fue este siglo el que vio levantarse las grandes parroquias de Santa María de Chinchilla, Santa María de Lorca, Santiago de Jumilla, de Almansa, la colegial de Orihuela, luego catedral, Santiago de Orihuela y la renovación, ya a finales de la centuria, del convento murciano de Santa Clara la Real. Incluso, la vieja fábrica considerada primitiva catedral de la diócesis en la ciudad de Cartagena...(Belda,2006,101 );
Por otro lado, en algunas de las obras escultóricas y otras “suntuarias” de esas grandes creaciones arquitectónicas utilizadas para el culto religioso y para el adoctrinamiento general que como veremos escasean por motivos múltiples que después especificaremos. Es cierto que la reconquista y el proceso de asimilación, expulsión, re-asimilación de parte de la sociedad murciana, no es un hecho que pueda datarse en décadas, más bien en siglos y con diferentes estrategias para asumir a la población general en los cultos eclesiásticos, pero lo sí cierto -en un ámbito de estudio histórico- es, que los prelados de la diócesis de Cartagena, las ordenes Militares, así como los adelantados de monarcas, realizaron un eficiente trabajo que supuso la creación en Murcia de importantes núcleos de población, de culto, en las comarcas fronterizas y en los sitios estratégicos y asentamiento de las estructuras de poder Castellano.

La que fuera hasta cierto punto, una historia “anodina”, ha pasado a convertirse en una de las más apasionantes para el conocimiento de las relaciones entre los reinos cristianos, sus enfrentamientos por el poder y sus luchas y alianzas constantes contra un Al Andalus debilitado, cuya conquista se produce a fines del siglo XV no sin sufrimientos enormes para la población (como el asedio a Cieza y el rapto de su población en 1448 o las incursiones nazaríes contra Letur y así mismo el rapto de parte de la población del marquesado de Villena); sin olvidar cómo inicia el siglo XV el “Reyno de Murcia”: con brotes continuados de "pestes" que diezmaron la población en número significativo como expone Miguel Rodríguez Llopis en su Atlas Histórico Ilustrado de la Región de Murcia y su antiguo reino:

A esto se unió la epidemia de peste de 1348, que fue aprovechada por las tropas granadinas para saquear el valle del Guadalentín. Las sucesivas pestes de 1372, 1379 y 1395 dejaron despobladas comarcas enteras, como las de Caravaca y Cehegín. La peste de 1398 generó en la ciudad de Murcia casi 6.000 víctimas”.(Llopis, 2006, 118)


El siglo XV, por tanto, no es un siglo en el que la importancia de lo artístico tenga unas consecuencias definitivas para el reino, aunque desde el punto de vista de la consolidación de estructuras sociales, políticas y económicas, así lo fuera con ciertas intermitencias: las ocasionadas por contrastes climatológicos como sequías e inundaciones documentadas desde 1143. El proceso de consolidación de los territorios tuvo mucho que ver -como decíamos- con el poder político de la diócesis de Cartagena, con el poder establecido por la monarquía en la ciudad portuaria y la actual sede del obispado como ciudades de realengo1, y con las ordenes militares pacificando y consolidando fronteras en los territorios que año tras año y contienda tras contienda nos lleva a un mapa estable, en 1492. Pero el problema artístico a dilucidar en torno al siglo XV está basado en la acotación de fábricas arquitectónicas en esa época, la incertidumbre de lo desaparecido y espoliado por años venideros al patrimonio de la historia del arte en cuanto a la escultura y, cómo no, a las pocas pinturas existentes, las llamadas obras de arte suntuario que se pueden resumir en: obras referidas por documentación y desaparecidas, limosnas hechas por la nobleza, el clero o la realeza a los ajuares de culto y otras desaparecidas, mutiladas o transformadas en otros motivos de ajuar cuando se trata de la plata, así como los trabajos en textil conservados y datados en ese siglo o anteriores y catalogados como de época gótica, asumiendo que las formas romanas vuelven a imponerse en el siglo XVI con contundencia sin olvidar que la grandeza del arte barroco y neoclásico recubre gran parte de la la otra grandeza dejada por el arte bajomedieval de lenguajes titubeantes y cambios sorprendentes en la ejecución de las obras y comportamientos brutales ante las modas arquitectónicas hasta el punto de desmantelar buena parte del pasado más rico del reino. Quedaría el complemento de la rejería que tiene un carácter más que importante en todos los templos construidos en el XV y con el aval del gremio de plateros murcianos de San Eloy:

Plateros y rejeros contaron, además, con una agrupación profesional puesta bajo la advocación de San Eloy, garante de sus derechos y deberes y firme defensa contra los fraudes.(Belda, 2006, 117).




2 LAS ACTUACIONES ARQUITECTÓNICAS: EL CULTO EN EL “REYNO DE MURCIA”.


Podríamos seguir un esquema cronológico para exponer las principales actuaciones arquitectónicas del siglo XV en la geografía Murciana pero -debido a las acotaciones de este estudio- se señalan las de nueva creación. La actividad constructiva posee unas características propias pese al “territorio frontera” en el que se encuentran ubicadas. Por una parte sus caracteres habituales en la construcción en el siglo XV es el de la sillería para grandes fábricas o la mampostería y el ladrillo en el caso de algunas creaciones mudéjares “... de las levantadas en el siglo XV se recuerdan la de Santa María del Rosario de Jumilla, en torno a 1430, fruto de las fundaciones que dejaron en el reino las predicaciones de San Vicente Ferrer”(2006,102)2. Las características constructivas como señalan los profesores Belda y Albaladejo pasa por la asimilación de los conocimientos del gótico aragonés y formas habituales castellanas como es la nave única para iglesias menores, la diferencia de alturas en las naves de los grandes complejos y como base a toda esta creación cierta profusión decorativa y ricos ajuares no conservados como atestiguan algunas de las investigaciones más importantes, y que sin embargo están obteniendo en el presente una importancia especial para un mejor conocimiento de la historia del arte que acompañó a tales fábricas:

Y son precisamente los repertorios destinados a servir al culto, a la liturgia, es decir, aquellos creados ex profeso para el servicio de Dios y de su Iglesia, los que reclaman desde hace tiempo una atención mayor de la que hasta ahora se le ha venido prestando, especialmente por lo que respecta a su contextualización global dentro de particulares circunstancias, para de ese modo dar el sentido y la significación que la obra de arte suntuaria tuvo en su momento y en el ambiente que la propició y al que se destinó”. (Pérez, 1998 ,120)
RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LORCA
Portada gótica de la Iglesia de Santa María del Salvador  de Chinchilla






IGLESIA CATEDRAL DE SANTA MARÍA

Empecemos por la Iglesia Catedral de Santa María, cabeza de la diócesis desde que Sancho IV permitiera el traslado de la sede del obispado en 1284. Desde ese período se conoce la idea de levantar un gran templo sobre la mezquita musulmana y cuyos pormenores se conocen bien en el siglo XV gracias a una importante fuente documental: Fundamentum Ecclesiae Carthaginensis y los más profusos estudios de medievalistas e historiadores del arte, que siempre hacen referencia a Alfonso X y su testamento al exponer el Sabio su intención de ser enterrado en dicha catedral. A pesar de que el templo gótico empieza a idearse en el siglo XIII no es hasta el XV cuando encontramos los ejemplos más característicos y bellos de este arte como es la portada gótica de los Apóstoles, la capilla de los Vélez, la capilla del deán Puixmarín y otras muchas que significaron el mayor y definitivo avance catedralicio pese a actuaciones muy modificadas posteriormente. (Belda, 2006, 93-94)3

Puerta de los Apostoles, Catedral de Murcia. Siglo XV



Durante las primeras décadas del XV la cabecera avanzó con relativa celeridad, ofreciendo el Fundamentum adjetivos elogiosos sobre la calidad de la obra. Se tienen noticias relacionadas con algunas capillas de esta zona: la del regidor don Pedro Calvillo en 1400, la del deán don Pedro de Puixmarín en 1411,[ …]. en un acta del concejo del 4 de marzo de 1413, en la que se decidió dar un donativo para las obras catedralicias[.... ]don Pablo de Santa María (1403-1415),[...] los pontificados de los obispos fray Diego de Bedán (1415- 1447) y don Diego de Comontes (1447-1458) creció la obra gótica del cuerpo central, la girola y las capillas de las naves laterales. El primero de los obispos citados costeó la capilla de San Francisco y San Antonio de Padua en la girola para su enterramiento (1430)[... ] el notario Caballero hizo construir la capilla de San Andrés,[...] En 1435, el comendador de Lorquí Sancho Dávalos realizó la de San Antonio Abad,[...] en 1440 se fundaron dos capillas en los extremos de las naves hacia los pies: la del bachiller Bartolomé Brian, consagrada a la Cátedra de San Pedro, en el lado sur y la del deán don Martín de Selva, bajo la advocación de los Santos Reyes y San Calixto, hoy del Beato Andrés Hibernón. A éstas hay que sumar la fundación el mismo año de 1440 de la capilla de la Trinidad, actualmente”.(Belda, 2006, 93-94)


Los maestros canteros que la “diseñaron”: Pedro de Cadafal, catalán; Juan Sánchez , Maestro Andreo, Manuel Portes; en los comienzos del siglo XV, Diego Sánchez, Sancho Fernández de Villalobos, Alonso Gil, -a quien se le atribuye la puerta de los Apostoles-, Nicolás de Roes, Francés del Puerto, Jaime Bovet, Andrés García, Antón Ibáñez, Diego Sánchez de Almazán o de Almansa, Pedro de Ávila, Juan de León... Nombres que la documentación y la historia permite aportar como creadores de la fábrica gótica sin conocer con certeza, hasta el momento (Belda,2006, 69) quienes idearon su planta y alzado así como quienes pudieron firmar cada una de las obras realizadas en ese siglo, sin pasar previamente por el terreno de las atribuciones. 4



SANTA MARÍA DEL SALVADOR DE CHINCHILLA
La mayor parte de los estudios realizados sobre esta iglesia parroquial tienen que ver con los cambios de lenguaje arquitectónico al que fue sometida desde sus inicios mozárabes en el siglo XIII, ampliación y factura gótica en el XV. En el XVI destaca su capilla mayor con la creación de un “baldaquino en piedra” de espectaculares dimensiones. La fábrica gótica prácticamente queda oculta en la ornamentación barroca y sólo las labores arqueológicas han podido demostrar su origen mozárabe en el primer cuerpo del torreón y en la techumbre plana de las dos naves laterales:
En el siglo XV se demolería aquel templo, y siendo marqués de Villena don Juan Pacheco, se levantaría otro en su mismo lugar, ahora también mudéjar pero en piedra. Este edificio sería de tres naves, cabecera poligonal y cuatro tramos. Los tres primeros, desde los pies, tenían cubierta de madera de tipo mudéjar, de par y nudillo, tanto en la nave central como en las laterales, y arcos en sentido de las naves apoyados en pilares. El cuarto ya tiene arcos y bóvedas de marcado carácter gótico, con crucería simple, formándose así una especie de crucero, acentuado, además, al estar más elevada la nave central y constituirse a modo de cimborrio”5.
La fábrica del siglo XV como decíamos se centra en la portada occidental – de la segunda mitad- con abocinamiento acusado, arquivoltas y cardinas decorativas que dejan entrever una cierta calidad plástica en su obra escultórica mutilada, tanto las estatuas de santos en los laterales como la Virgen bajo dosel que preside el parteluz y separa la entrada en dos arcos carpaneles, las tres figuras estuvieron decapitadas más de cuarenta años. Los restos murales del siglo XV ofrecen un óculo en la pared sur y blasones eclesiasticos en el oeste exterior del templo.

Sobre la obra escultórica como hemos señalado pese a las mutilaciones y las sucesivas manos de cal avalan una gran calidad estilística y la rejería de la capilla mayor es uno de los ejemplos más importantes de rejería gótica salida del taller de Antón de Viveros con similitudes estilísticas a la rejería de Santa María la Mayor de Murcia y la Colegial del Orihuela:
“...nombres, como los de A. de Viveros, la familia Savanan o Diego Martínez han traspasado las fronteras de lo estrictamente regional y han merecido un digno lugar en los estudios y monografías que sobre metalistería española se han ido publicando en las últimas décadas3, sin que desmerezcan en nada respecto a otros maestros de centros artísticos de mayor entidad, tales como el toledano o el palentino por citar tan solo algunos de los más representativos”.(Pérez, 1996,162)

“Su capacidad creadora, como veremos, se centra en torno a motivos de inspiración gótica y su esquema compositivo se repite invariablemente con las únicas variantes que lógicamente imponían las distintas proporciones de los espacios a cerrar”. (Belda,1971,212)


SANTA MARÍA DE LORCA
De las monografías dedicadas a este templo destacamos la que consideramos más completa en tanto que explica su evolución a lo largo del tiempo de la que fue la iglesia más importante de Lorca hasta la creación de San Patricio en el siglo XVI. Crespo y Gallardo realizan un exhaustivo recorrido por su historia arqueológica en las excavaciones realizadas en 2004 y de las que entresacan las características básicas de su construcción, su pasado mozárabe (al menos en la resolución de las cubiertas) y como señalan:
“la propia advocación de esta parroquia parecía indicar que la iglesia fue fundada sobre la Mezquita mayor árabe, cumpliéndose así la tradición de ser “una de las dos mil que, bajo la advocación de la Virgen María, fundo el rey D. Jaime I de Aragón””(Crespo, 2011, 83)6


La falta de documentación derivada de la ausencia de sus archivos parroquiales, así como la ruina y el olvido en el que cayó por motivos antedichos llevó al profesor Belda a señalar que la fábrica no tenía parangón en los escritos de la diócesis y principal documento explicativo de su tesoro en el siglo XV, Fundamentum Ecclesiae Carthaginensis:


Este templo es uno de los más hermosos, y grandes, que tiene este Pueblo en sus Iglesias Parroquiales, y una de las tres, que ocupan la parte más alta de la Ciudad. Antes que la de San Patricio se erigiese en Colegial, era esta Iglesia la mayor, y en ella tenían su asistencia los Beneficiados con su Arcipreste. (MOROTE 1741, 281)


Las monografías existentes nos inducen a pensar que la riqueza arquitectónica de los edificios en el siglo XV varía según quien trate el tema, aunque es cierto que todo el conjunto de templos lorquinos tuvieron suertes muy dispares en el siglo XVII con el terremoto de 1641, cosa que dificulta su estudio en detalle. Juzgan, además, la pérdida de importancia y feligresía promovidos por los nuevos planes de expansión urbana así como la creación de la colegiata de San Patricio. Y valoran muy positivamente la descripción del templo hecha por González Simancas que remarca la...

acentuada irregularidad de la dirección del muro foráneo en el tramo inmediato a la capilla mayor del lado del evangelio y en el de la última capilla a los pies de la iglesia, lo que parece indicar, y así resulta efectivamente, que la fábrica de esas paredes es de época más antigua que la obra del ábside y de las naves ojivales (...)”.7



La descripción realizada por Gonzalez Simancas merece la pena ser recogida, al igual que la realizada -por sucinta- por los autores del estudio arqueológico: 

“La mayor parte de la iglesia que se conserva en la actualidad fue levantada en la segunda mitad del siglo XV, observándose todavía los muros realizados con sillares. La historiografía nos señala que la iglesia de Santa María, ya desde su “fundación”, adquirió la supremacía sobre el resto de las iglesias lorquinas siendo posiblemente la más suntuosa”. “La iglesia consta de tres naves con otros tantos tramos en sentido longitudinal, presbiterio de planta rectangular y capillas de la misma forma en el costado de la epístola. Existiendo escasa diferencia de altura en las tres naves y el crucero, apenas acusado. El templo posee a la intervención de la iglesia de Santa María una curiosa cabecera de planta rectangular, como las habituales en las iglesias mudéjares. Las tres naves estaban cubiertas con bóvedas de crucería, que soportaban arcos apuntados, de las que únicamente se conserva la del altar mayor. Los pilares que sustentan dichas bóvedas, están coronados con orlas de motivos figurados y vegetales. Sus motivos decorativos, la han puesto en relación con el mundo mediterráneo, respondiendo a modelos catalanes o provenzales. El detalle de la labra, aunque se asemeja a las de la catedral murciana, evoca todavía más ciertas obras catalanas”. (CRESPO, 2011,88).




Al menos así lo reseñan los arqueólogos sin nombrar bibliográficamente al autor de tal aseveración: el profesor Manuel Pérez Sánchez.







Y volvemos a retomar el tema de “territorio frontera” y “arte de frontera” en la descripción de los muros : 


“labrados en piedra de sillería, nos recuerdan la tipología de iglesia-fortaleza, donde se disponen unos huecos en forma de saeteras, así como en la banda decorativa de besantes que coronan dichos muros a modo de robusto y monumental friso”. (Crespo, 2011, 86 )

Como ya hemos señalado esta amplia monografía explica todo el proceso constructivo desde el punto de vista arqueológico con buenas bases documentales realizadas por los historiadores del arte que se han ocupado de uno de los mejores ejemplos, aunque muy irregular formalmente, de la fábrica gótica del siglo XV.


SANTA MARÍA LA COLEGIAL DE ORIHUELA
La Puerta de Loreto de la Catedral de Orihuela


Pocas trazas góticas tienen los espesos y poco iluminados muros de esta iglesia que llegaría a convertirse en catedral de manos del papa Julio II a instancias del emperador Carlos V y cuya construcción arranca en los siglos XII y XIII. Como Santa María la mayor de Murcia o santa María de Lorca se asienta sobre los restos de la antigua mezquita -costumbre que ya hemos señalado como propia de Jaime I el conquistador-. Es en su interior en donde encontramos los mejores trabajos de fábrica gótica del siglo XV y una capilla con bóveda estrellada que ha sido objeto de múltiples estudios y atribuciones. Aún así las características generales del arte del XV son aplicables como podemos comprobar:
En estos ejemplos subsisten los rasgos propios de los territorios tan variados, sobre los que se extendió la vieja diócesis. Predomina el modelo de nave única, salvo en Santa María de Lorca o en la colegial de Orihuela, pero la monumentalidad de los ejemplos mencionados y la combinación de influjos castellanos y levantinos hace más interesante esta etapa. Las grandes bóvedas, las ménsulas esquinadas, las capillas embutidas en los contrafuertes, los nervios torsos de perfil aristado, herencia del Gótico levantino, o sencillamente moldurados a la moda castellana, se van imponiendo en edificios religiosos –colegial de Orihuela, Santa Clara de Murcia– y civiles –viejo ayuntamiento de Jumilla–, produciendo una sensación de simplicidad espacial, clara y luminosa, en armónica secuencia con la decoración de las cubiertas”.(Belda, 2006, 101)

Como reseña -común, importante- también hay que decir que de esa cierta espacialidad generada por la concepción gótica a través de la nave única -o tres naves- nutrió Alonso Quijano su imposición del lenguaje clasicista del Renacimiento en estas iglesias el siglo siguiente, que alternan fórmulas constructivas levantinas o catalanas y las de aspecto más pétreo castellano.

Es la capilla mayor el ejemplo emblemático de la segunda mitad del siglo XV con una bóveda estrellada -como decíamos- en una planta hexagonal irregular. Hay que recordar que la catedral de Orihuela, Colegial en el siglo XV, es la más pequeña del territorio español y por ello siempre existieron desde su nombramiento como colegial en 1413 planes para su ampliación, que no llegarían en los términos previstos por distintos miembros del cabildo catedralicio.8 9


IGLESIA DE SANTIAGO ORIHUELA


Las peculiaridades de la reconquista hace que la ciudad de Orihuela posea además de la iglesia Colegial, la de Santiago: que queda inscrita a la orden militar que se asentó en territorio oriolano en una fórmula evidenciada magistralmente por el profesor Rodríguez Llopis en el estudio sobre la expansión territorial castellana sobre la cuenca del Segura10 La iglesia de Santiago siempre aspiró a ser Real y sobre esas aspiraciones recogemos una de las descripciones más fieles de las actuaciones del siglo XV en este templo:

En su grandiosa portada ojival aparecen esculpidas las insignias del “Tanto monta” de los Reyes Católicos y el blasón imperial de Carlos V, y toda la iglesia está esmaltada de escudos reales en testimonio de la protección y munificencia que le dispensaron nuestros Monarcas. Hay en el presbiterio dos lápidas conmemorativas, una al lado del Evangelio y otra al de la Epístola, en las que se consigna el principio y el fin de la obra principal. Porque en este templo aparecen dos órdenes distintos. La nave central y capillas laterales son de estilo gótico elegante, perfectamente acabado, con sus airosas columnas y sus bellísimos arcos ojivales; pero el crucero y ábside son de estilo renacimiento bastante adornado”.(Calpena, 2010, 13-14)



Dos características esenciales definen esta iglesia en su peculiaridad constructiva: una de ellas es que la fábrica gótica queda casi completamente oculta en los tres metros de zócalo marmóreo de Abanilla que tapiza la nave única y -algo ya repetido- la inclusión de las capillas laterales entre los contrafuertes del muro. Por supuesto señalar que ha sido muy modificada y que los estudios determinan como siempre ese gusto ecléctico y casi desordenado que compone la arquitectura del sudeste, con intervenciones en el altar mayor de Alonso Quijano y trabajos neoclásicos prácticamente en todas las capillas, en especial las de La Comunión y la capilla de la Virgen de los Dolores. 





SANTIAGO DE JUMILLA
En la iglesia de Santiago en Jumilla -pese a ser obra de factura en su concepción gótica- su desarrollo, como pasaría con la Asunción de Hellín, forma parte del lenguaje del renacimiento establecido por las obras de Alonso Quijano, al igual que otras iglesias que ya hemos recorrido en este trabajo. Su peculiaridad es: el aprovechamiento que el lenguaje clasicista hace del espacio formulado por el gótico como señala el profesor Belda:

los trabajos emprendidos en Santiago de Jumilla, cuya obra gótica, como consecuencia de las secuelas sufridas en la guerra de la Beltraneja, se prolongó desde mediados del siglo XV hasta las primeras décadas del siguiente..[...]..un nuevo proyecto se puso en marcha para dar fin a una prolongada obra en la parroquia mayor de Santiago de Jumilla. La llegada del provisor y del arquitecto a la citada ciudad fue decisiva para el cambio de un proyecto, que en distintas fechas se había puesto en manos de Juan y Pedro de Homa y Julián de Alamíquez. En efecto, a la nave gótica se añadió una cabecera trilobulada que se remata en una magnífica cúpula, vinculando así una iglesia de nave única con un presbiterio de planta central, es decir, tradición y modernidad, presididos además por la fusión de lenguajes estéticos diferentes. ” (2006, 143).


Y es por clara y sencilla por lo que traemos esta cita que tan bien define la actividad constructiva en Jumilla, con traslados de lo dicho a su ayuntamiento y algunas de las iglesias aledañas geográficamente -como la ya mencionada de la Asunción de Hellín que, aunque proyectadas en 1499, es ya el siglo XVI o la de laAsunción de Almansa que inicia sus obras en 1534 donde se realiza la fábrica con claras mezclas de ambos lenguajes: el definitivamente agotado del gótico y el lenguaje naciente del clasicismo.



IGLESIA PARROQUIAL DE LA ASUNCIÓN DE HELLÍN, IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE ALMANSA CONVENTO MURCIANO DE SANTA CLARA LA REAL y PRIMITIVA CATEDRAL DE LA DIÓCESIS EN LA CIUDAD DE CARTAGENA.


Son estás las iglesias que nos restan por señalar, describir y mencionar con sus monografías específicas pero el tiempo de este estudio llega a su fin con la ansiedad, adicional, de dejar toda la obra pictórica y escultórica, así como suntuaria del siglo XV, que aunque escasa presencialmente, desde el punto de vista documental sí tiene importantes muestras en los museos catedralicios de Murcia y Orihuela, así como en los ajuares de cada una de las Iglesias góticas mencionadas. Es motivo de otro trabajo hacer recuento e historia de esos ejemplos -sobre todo suntuarios- que han formado parte de la historia del arte de nuestra región.




BIBLIOGRAFÍA:

ARCHIVO ESPAÑOL DE ARTE, LXXX, 319, JULIO-SEPTIEMBRE 2007, pp. 349-354 ISSN: 0004-0428

BELDA NAVARRO, Cristóbal. La obra de rejería de la catedral de Murcia. 1971.

BELDA NAVARRO, Cristóbal; HERNÁNDEZ ALBALADEJO, Elías. Arte en la Región de Murcia: de la Reconquista a la Ilustración. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia Consejería de Educ, 2006.

CALPENA Y ÁVILA, Luis, La iglesia parroquial de Santiago, de Orihuela, Boletín De La Real Academia De La Historia, 2010. pp. 13-17.

CARRASCO RODRÍGUEZ, Antonio. Los orígenes del pleito del obispado de Orihuela (siglos XIII-XIV). En Anales de la Universidad de Alicante. Historia medieval. 1996. p. 633-642.

DEL BAÑO MARTÍNEZ, Francisca. Los planos inéditos del proyecto impulsado por el obispo Gómez de Terán para la ampliación de la Catedral de Orihuela. Archivo español de arte, 2008, vol. 81, no 324, p. 418-428.
GÓMEZ FERRER, Mercedes; ZARAGOZA, Arturo. Lenguajes, fábricas y oficios en la arquitectura valenciana del tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna (1450-1550). Artigrama, 2008, no 23, p. 149-184.

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MUÑOZ CLARES, M.: “Arte y Ciudad”, en JIMÉNEZ ALCÁZAR, J.F. (coord.), Lorca Histórica. Historia, Arte y Literatura, Lorca, 1999, pp. 177-266.

NAVARRO FAJARDO, Juan Carlos. Bóvedas góticas de la Catedral de Orihuela (Alicante). EGA: revista de expresión gráfica arquitectónica, 2006, no 11, p. 148-155.

PÉREZ SÁNCHEZ, Manuel. Un repertorio suntuario de singular interés: el ajuar litúrgico de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Lezuza (Albacete). Ensayos: Revista de la Facultad de Educación de Albacete, 1998, nº 13, p. 119-146.
PÉREZ SÁNCHEZ, MANUEL. Notas sobre rejería murciana de los siglos XVII y XVIII. IMAFRONTE, 1996, no 11-1995, p. 161-174.

RODRÍGUEZ LLOPIS, Miguel. La expansión territorial castellana sobre la Cuenca del Segura (1235-1325). Miscelánea Medieval Murciana, 1985, p. 105-138.

SANTAMARÍA CONDE, A. GARCÍA-SAUCO BELÉNDEZ, L.G.: La Iglesia de Santa María del Salvador de Chinchilla. . Ed. Instituto de Estudios Albacetenses, 1981.

VALERO, José Manuel Crespo; CARRILLO, Juan Gallardo. Evolución histórica de la iglesia de Santa María de Lorca (Murcia) a través de la arqueología. Alberca: Revista de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Lorca, 2011, no 9, p. 81-110.


NOTAS:


1 A partir de 1503


2 “la combinación de influjos castellanos y levantinos hace más interesante esta etapa. Las grandes bóvedas, las ménsulas esquinadas, las capillas embutidas en los contrafuertes, los nervios torsos de perfil aristado, herencia del Gótico levantino, o sencillamentemoldurados a la moda castellana, se van imponiendo en edificios religiosos –colegial de Orihuela, Santa Clara de Murcia– y civiles –viejo ayuntamiento de Jumilla–, produciendo una sensación de simplicidad espacial, clara y luminosa, en armónica secuencia on la decoración de las cubiertas”.


3 “Durante las primeras décadas del XV la cabecera avanzó con relativa celeridad, ofreciendo el Fundamentum adjetivos elogiosos sobre la calidad de la obra. Se tienen noticias relacionadas con algunas capillas de esta zona: la del regidor don Pedro Calvillo en 1400, la del deán don Pedro de Puixmarín en 1411,[ …]. en un acta del concejo del 4 de marzo de 1413, en la que se decidió dar un donativo para las obras catedralicias[.... ]don Pablo de Santa María (1403-1415),[...] los pontificados de los obispos fray Diego de Bedán (1415- 1447) y don Diego de Comontes (1447-1458) creció la obra gótica del cuerpo central, la girola y las capillas de las naves laterales. El primero de los obispos citados costeó la capilla de San Francisco y San Antonio de Padua en la girola para su enterramiento (1430)[... ] el notario Caballero hizo construir la capilla de San Andrés,[...] En 1435, el comendador de Lorquí Sancho Dávalos realizó la de San Antonio Abad,[...] en 1440 se fundaron dos capillas en los extremos de las naves hacia los pies: la del bachiller Bartolomé Brian, consagrada a la Cátedra de San Pedro, en el lado sur y la del deán don Martín de Selva, bajo la advocación de los Santos Reyes y San Calixto, hoy del Beato Andrés Hibernón. A éstas hay que sumar la fundación el mismo año de 1440 de la capilla de la Trinidad, actualmente”.(Belda, 2006, 93-94)





4 En la monografía sobre arte regional de los profesores Belda y Albaladejo queda constancia de la labor investigadora y de la ausencia de datos definitivos sobre atribuciones y hechos concretos en la construcción de Santa María. La documentación aporta esos nombres, que empezaron en algunos casos antes del siglo XV.



5 SANTAMARÍA CONDE, A. GARCÍA-SAUCO BELÉNDEZ, L.G.: La Iglesia de Santa María del Salvador de Chinchilla. . Ed. Instituto de Estudios Albacetenses, 1981.


6 MUÑOZ CLARES, M.: “Arte y Ciudad”, en JIMÉNEZ ALCÁZAR, J.F. (coord.), Lorca Histórica. Historia, Arte y Literatura, Lorca, 1999, pp. 177-266.


7 GONZÁLEZ SIMANCAS, M.: Catálogo Monumental de España. Provincia de Murcia, Murcia. 1997, facsímil del original (1905-1907).


8 GÓMEZ FERRER, Mercedes; ZARAGOZA, Arturo. Lenguajes, fábricas y oficios en la arquitectura valenciana del tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna (1450-1550). Artigrama, 2008, no 23, p. 149-184.


9 DEL BAÑO MARTÍNEZ, Francisca. Los planos inéditos del proyecto impulsado por el obispo Gómez de Terán para la ampliación de la Catedral de Orihuela. Archivo español de arte, 2008, vol. 81, no 324, p. 418-428.




10 RODRÍGUEZ LLOPIS, Miguel. La expansión territorial castellana sobre la Cuenca del Segura (1235-1325). Miscelánea Medieval Murciana, 1985, p. 105-138.

lunes, 15 de agosto de 2011

EL SIGLO XVII: CLASICISMO Y BARROCO DE AGUSTÍN BUSTAMANTE GARCÍA. (RESUMEN)

Retrato de Fray José de Sigüenza

1.- EL LÍMITE CRONOLÓGICO.

Circunscribir cronológicamente el Barroco es una complicada tarea desde distintos puntos de vista, por una parte el continuismo aparente entre la obra de Felipe II y su hijo, el III, da idea de que la cultura del clasicismo sigue en pleno apogeo. Señala Bustamante, como limites cronológicos, por una parte la muerte de Felipe II en 1598, un año después que su gran paladín arquitecto: Juan de Herrera. (a) Igual que el final del XVII puede llevarnos por caminos también de continuidad, la muerte de Carlos II, no es más que una fecha, el diecisiete como corriente artística, a parte de las variaciones incorporadas en el arte por la nueva dinastía, continúa siendo la misma:“El ámbito artístico no se rige por otros criterios que no son los de las sustituciones de reyes, ni los marcos cronológicos paradigmáticos, aunque dentro del fenómeno artístico haya fechas que pueden ser miliarios para su propio desarrollo interno”. (Bustamante 1993,11)

En 1600, los núcleos artísticos españoles estaban  tan consolidados como en 1597 fecha de la muerte de Juan de Herrera o 1598, fallecimiento del impulsor de toda una escuela cortesana  que tendría una continuidad extraordinaria en todo el siglo posterior, tanto en el final de las obras del Escorial, como, arquitectónicamente, en la reconstrucción de la ciudad de Valladolid, sede de la corte durante un periodo significativo de años en el reinado de Felipe III. Es cierto que antes de 1600 fallece Juan de Herrera, pero tanto Luca Cambiaso  o Pellegrino Tibaldi, como Francisco de Mora o Pompeo Leoni y Bartolomé Carducho prolongarán su capacidad de trabajo a lo largo del tránsito del XVII. Con el Duque de Lerma al frente, Felipe III se convierte en un continuador de la política artística de su antecesor, con cierta duplicidad de trabajos: tanto para la familia real, como para el Valido  y primer ministro. Señala Bustamante que:  “Este continuismo de las directrices artísticas de la época anterior no quiere decir  que el reinado de Felipe III fuese un periodo indiferenciado del de su padre, una especie de prolongación sin transcendencia: en absoluto”. (1993, 12). Son los estudiosos del Barroco quienes buscan un lugar y hora para cimentar el inicio del nuevo lenguaje artístico: Otto Schubert (Ve en Francisco de Mora el inicio de la desintegración de lo herreriano) George Kubler, mantiene una postura semejante y desde España es Andrés Calzada quien considera a Juan Bautista Crescenzi, el Hermano Bautista, Pedro Sánchez y Juan Gómez de Mora. (12). Este hecho es verificable tanto en pintura como en escultura, en esta última Pompeo Leoni establece una influencia escurialense que afecta a nombres como Alonso de Vallejo , Antón de Morales, Juan de Porres, Juan Muñoz, Agustín de Campos etc… (13). Más rotunda es la continuidad en Pintura con Pantoja de la Cruz, Bartolomé Carducho y Vicente Carducho, Felix Castelo, Eugenio Cajés

Añadamos como escuela más importante de España, la escuela clasicista de Valladolid, tras su incendio en 1561, articulada por hombres como Juan del Ribero Rada, Juan de Nantes, Pedro de Mazuecos el Mozo, Diego de Praves y Francisco de Praves que forman una  unidad que se extiende operativa hasta 1640. “Forjada en las ideas y preceptos cristalizados en torno a El Escorial y Juan de Herrera(13). También la Escultura presenta rasgos similares a la arquitectura con Alonso Berruguete que establece su primacía en la Meseta castellana: Los Corral de VillalpandoJuan de Juni, Gaspar Becerra, Esteban Jordán…… hacen que la escuela castellana sea la más pujante  de toda la península.  La pintura tiene sus ejemplos en los comienzos del siglo XVII con VelázquezJuan de Muniategui, Francisco de Rincón. Dice Bustamante que la llegada de la corte a Valladolid y la de Pompeo Leoni y Milán Vimercato apuntalan la importancia focal de Valladolid en la tradición escultórica que se agiganta con Gregorio Fernández. Sin embargo, la pintura Vallisoletana nunca alcanza el relieve que sí tienen otras escuelas peninsulares, sobre todo porque los nombres que conocemos proceden del siglo anterior: Francisco Martínez, Pedro Díaz Minaya, Diego Valentín Díaz.

En Toledo  encontramos el gran foco de la escuela meridional  “y su fuerza es tanta que muchos aspectos de nuestra cultura artística se ensayan  o se realizan por primera vez allí. Poseedora de una larga  y fecunda tradición arquitectónica, al igual que Valladolid, en el último cuarto del siglo XVI se convierte en un potente foco clasicista con Vergara, Monegro y Jorge Manuel Theotocópuli manteniendo estas características  durante todo el primer tercio del siglo XVII” (Bustamante 1993, 14) “La escultura toledana es uno de los campos peor estudiados de nuestras artes, a pesar de que la ciudad como el enorme territorio  que ella dominaba, fue un lugar excelente para esta actividad”. Señala Bustamante como posible causa específica los graves destrozos ocasionados en la Guerra de la Independencia hasta el 1939.  La pintura de este centro neurálgico del arte del XVII sigue representada por  El Greco, que sigue en plena actividad, así como Sánchez Cotán, Orrente y Juan Bautista Maíno, que terminan abandonando la ciudad. (14)

Dinamismo de primer orden es el que caracteriza al centro artístico de Andalucía: Sevilla y Granada. Mantiene en gran medida su autonomía frente a la avalancha clasicista  de la Corte. “La arquitectura mantiene su más pura tradición en el quinientos, enriquecida por el fasto de las soluciones manieristas italianas. (14) Pero también llega la invasión herreriana con ejemplos como el de  la Lonja de Sevilla, aunque bien es cierto que las líneas maestras de la arquitectura de ambos focos artísticos mencionados, profusamente manieristas, según Bonet Correa, permiten denominar, según Kubler, a Andalucía: “El italianizado Sur”.  Fenómeno semejante se produce en la escultura, de la que Martín González expresa sus dudas en torno a la diferenciación del XVI y el XVII, “ a pesar de lo que representa  Juan Martínez Montañes, de quien no hay que olvidar que, en 1598, está trabajando con Juan de Oviedo y de la Bandera  en la ejecución de un retablo para el convento de Santa Clara de la LLerena, y en el túmulo de Felipe II, que se levantó  en la catedral de Sevilla en 1598…” (Bustamante 1993, 15). Pablo de Rojas, Bernabé de Gaviria, mantienen la tradición quinientista. En pintura Pablo de Céspedes, Antonio Mohedano o Francisco Pacheco “reflejan bien a las claras la penetración de los valores y el gusto del siglo XVI en la siguiente centuria”. (15).

Todo ello lleva a  Bustamante a aseverar que el cambio de siglo no representa en absoluto un cambio estilístico  en España, ya que los focos creados en el  XVI siguen en plena  actividad. Así: “ Los valores rectores del arte español del último cuarto del siglo XVI , tanto en Arquitectura como en las artes figurativas , son los mismos y siguen vigentes a comienzos del siglo XVII”. (15) Y esta valoración puede extenderse al 1700 ya que “ el broche de nuestra teórica –dice Bustamante- del siglo XVII y en el siglo de las luces. Figuras como Teodoro Ardemans, la Roldana, Jose Benito y Joaquín de Churriguera, Francisco Hurtado Izquierdo, Leonardo de Figueroa, los Sánchez de Rueda, Alonso de Manzano, Villabrille y Ron, todos ellos artistas de gran empaque, permanecen activos más allá del 1700 y toda su tarea queda vigente durante varias décadas del siglo XVIII”. (15)

2.-LOS CONCEPTOS ARTÍSTICOS DEL SIGLO XVII.

Menéndez y Pelayo o Cesar Cantú al dirigir sus indagaciones al campo del cuerpo teórico de las artes, dieron cumplida cuenta de “la amplia producción teórica y teórico práctica que se genera en el siglo XVII en España de esta literatura específica”. (Bustamante 1993, 19).  Entre 1600  y 1700 hubo un gran interés “por los conceptos artísticos y al mismo tiempo desvela un tipo de artista específico con un mundo muy complejo, pagado de su profesión y valía y que busca un puesto entre lo más selecto y culto de la sociedad de la época” (19). Existe todo un “corpus”sobre jurisprudencia, biografías, ordenanzas, manuales o tratados  sobre teoría y práctica. “El arte, para todos los tratadistas de nuestro siglo de Oro, tiene por objeto imitar la Naturaleza. Para llevar a cabo esta función de mímesis, el artista  debe realizar una tarea investigadora que sólo se consigue con el estudio, la elaboración de un método racional y la posesión de una técnica adecuada. El arte se convierte así en una ciencia forjada con elementos normativos, susceptible de ampliarse y capaz de transmitirse y enseñarse”. (20) 

Es evidente que la idea, el concepto de arte, es paneuropea, del siglo XVI y cuyo punto de partida es la tratadística de Alberti. A su vez recogida de la tradición clásica de Vitrubio y Plinio.  Digamos, entonces, que toda la tratadística del XVI español son traducciones de las distintas obras italianas y clásicas que llegan a la península y permiten que se asienten las ideas artísticas del Renacimiento sin aporte de ideas por parte de los teóricos españoles. No ocurrirá lo mismo en el XVII que se convierte en el siglo de oro de nuestros tratadistas y significa ante todo lo importante del arte español de la época, por su proyección a América, y por los intereses que imperaban en él. “Lo que reflejan  los textos artísticos españoles del siglo XVII es la vitalidad de los conceptos artísticos que se codificaron desde Alberti en adelante” (20).  “La literatura artística del siglo XVII es notablemente amplia y variada; en ella conviene establecer una primera distinción: por un lado aquellos textos cuyo objeto son las obras de arte y, por otro,  aquellos escritos que, sin dirigirse hacia el campo de lo artístico lo rozan tangencialmente”. (21) y es sobre la tratadística y su importancia en quien pone la atención. Si la segunda mitad del XVI hubo un esfuerzo traductor, no siempre publicado (Palladio o Durero) en el siglo XVII “las traducciones se insertan en las obras de escritores en sus propios textos” que muy probablemente “favoreció la amplia literatura artística que se promueve en el XVII”. “Desde 1552, en que las prensas toledanas de Juan de Ayala dan a la luz la traducción castellana de Francisco de Villalpando del tercer y cuarto libros de Sebastián Serlio, la segunda mitad del XVI conoce una fuerte etapa de traducciones de textos artísticos foráneos, unos publicados como Vitrubio, Alberti o Vignola”. (22) Con la obra del Padre Fray José de Sigüenza publica la <<Tercera Parte de la Historia de la Orden  de San Jerónimo>> queda definida una corriente existente en el siglo anterior “cuyo propósito era presentar y contar a un amplio público la historia  y avatares de una orden o un acontecimiento”, en este caso la fundación del San Lorenzo del Escorial en donde trasmite una masiva información sobre el descomunal proyecto de Felipe II, incluso años después dedicará un volumen completo con grabados a describir el sitio(23. La proliferación posterior de obras  de esta factura  es impresionante: “El material sería infinito si se uniese lo publicado y lo manuscrito”.(23)  Don Juan Antolínez de Burgos escribe la <<Historia de Valladolid>>, redactada en 1641. Gil González Dávila en <<Historia de la ciudad de Salamanca>> (como libro impreso)1606, <<Teatro de las grandezas de la villa de Madrid>> 1623 y <<Teatro Eclesiástico>> 1645-1700; la obra de Ariz, <<Historia de las grandezas de Ávila>>1607; las de Bermúdez Pedraza, <<Antigüedad y excelencias de Granada>>1608, refundida en su <<Historia eclesiástica. Principios y progresos de la ciudad y religión católica de la ciudad de Granada>> 1639; Suarez de Salazar <<Grandezas y antigüedades  de la isla y ciudad de Cádiz>>1610; Rodrigo Caro, <<Antigüedades y principado de la Ilustrísima ciudad de Sevilla>> 1634; <<Anales eclesiásticos y seculares >> de Diego Ortiz de Zúñiga 1677; Molina <<Descripción del Reyno de Galicia>>1675, (23). El recorrido por obras, autores y asuntos relacionados con la descripción de obras artísticas se extiende a un número, como decíamos antes, inconmensurable de textos. Sin embargo, “El apartado más significativo y sin ninguna duda el más brillante, es aquel que define la teoría artística. En este campo específico , pero muy complejo, quienes estarán  a la cabeza serán los pintores, desbancando a los arquitectos, que fueron los grandes impulsores durante el siglo XVI”. (25) Vicente Carducho con sus <<Diálogos de la Pintura>>Madrid 1633; Francisco Pacheco <<Arte de la Pintura>> Sevilla 1649; Antonio Palomino <<Museo Pictórico y escala óptica>> Madrid 1715, “…son las tres cumbres, aunque no las únicas, de este esfuerzo español en el campo de la teoría de las artes”. (25)  Señala Agustín Bustamante que “la teoría y las ideas artísticas se definen  y dirigen hacia la práctica del arte y la acción de los artistas, tanto en su vida profesional como en la social…[de estos libros] hay que partir para comprender fenómenos tan trascendentales como la concepción y valor de la Naturaleza, el significado del cuerpo humano”. “ La teoría artística  definirá al arte como ciencia, no sólo por su objetivo –imitación de la naturaleza-, si no también por el método –función especulativa-: ello provocará de inmediato el considerar el arte como una tarea ingenua y mental en la cual la función material y crematística pasa a un segundo plano”. “Tanto los <<Diálogos de la Pintura>> de Vicente Carducho, como el <<Arte de la pintura>> de Pacheco o <<El museo pictórico>> de Palomino abordan con detenimiento estos temas, pero los hombres de esta época dedicarán esfuerzos específicos referidos a estos aspectos concretos. Las inquietudes por demostrar la ingenuidad y nobleza de las artes serán motivos suficientes para que aparezcan pleitos sonados y surjan alegatos jurídicos de toda clase”. (Bustamante 1993, 25-26).  “La larga y ruidosa batalla que libran los artistas por sus derechos no sólo se ciñe a la definición de su arte  y sus objetivos , así como a la defensa de sus intereses, sino que también abarca un punto tan importante como es la enseñanza de la profesión y la definición de un gusto”. (26).

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Otro de los hitos importantes en la historia del Barroco español tiene que ver con la pretensión artística de fundar academias que tienen un cuño intelectual y erudito y se conciben y orientan absolutamente a un ejercicio del arte liberal cuya meta es el estudio de la Naturaleza y su imitación. “Arquitectos, escultores, pintores, plateros, rejeros y demás artífices se forman y desenvuelven en el ámbito de los talleres, organizaciones  heredadas en la edad media, en pleno en España, que tienen una base familiar y cuya organización es la clásica escala  formada por el aprendiz, el oficial y el maestro, siendo común que el oficial sea al mismo tiempo criado del maestro”. (27)

Quedan por desglosar la actitud de los tratadistas ante el desnudo, el dibujo y la creación artística desde un punto de vista jurídico así como la extensísima  cantidad de tratados poco conocidos y darían mucha más luz a un período tan excelente del arte en España, pero, como es lógico, tal resumen  no entra en esta entrada, entre otras cosas por respeto al autor del libro del que hemos hecho un resumen de dos capítulos esenciales para comprender el siglo XVII. (terminado)

3.- LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA.

3.1-.LA CONTINUIDAD CLASICISTA.

3.2-.EL CAMBIO ESTILÍSTICO.

4.- LA ESCULTURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVII.

4.1-.EL APOGEO CLASICISTA.

4.2-.EL TRIUNFO DEL BARROCO.

5.-LA PINTURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVII.

5.1-.CLASICISMO E INNOVACIÓN.

5.2-.EL BARROCO ESPAÑOL.

5.3-.EPÍLOGO.

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