miércoles, 4 de agosto de 2010

FERNANDO CHUECA GOITIA: BREVE HISTORIA DEL URBANISMO. RESUMEN.


1.- INTRODUCCIÓN. TIPOS DE CIUDADES.
CONCEPTOS
PIRENNE.- “ En ninguna  civilización la vida ciudadana se ha desarrollado con independencia del comercio y la industria”. 
MUMFORD.- “ La ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada”.
ALBERTI.- “ La grandeza de la arquitectura está unida a la ciudad y solidez de los muros que la cobijan.
WHITMAN .- “ La ciudad, la más comprehensiva de las obras del hombre; lo reúne todo, y nada que se refiera al hombre es ajeno.
DIFINICIONES DE CIUDAD.
ARISTÓTELES.- “Una ciudad es un cierto número de ciudadanos; debemos considerar a quien hay que llamar así  y qué es el ciudadano…” “Llamamos ciudadano  de una ciudad  al que tiene la facultad de intervenir en las funciones deliberativa y judicial de la misma, y ciudad, en general, al número total de estos ciudadanos que basta para la suficiencia de la vida “(Concepto Político).
ALFONSO X EL SABIO: “ Ciudad es todo aquel  lugar que es cerrado de los muros con los arrabales et los edificios  que se tiene en ellos.
CANTILLON (SIGLO XVIII) “RESIDENZSTADT”. “Si un príncipe  o un señor fija su residencia en un lugar grato, y si otros señores acuden allá y se establecen para verse y tratarse en agradable sociedad, este lugar se convertirá  en una ciudad”. CONCEPTO CIUDAD BARROCA.
ORTEGA Y GASSET. “La ciudad es un ensayo  de secesión que hace el hombre para vivir fuera y frente al cosmos, tomando de él porciones selectas y acotadas (Diferencia entre ciudad y Naturaleza. Concepto de ciudad mediterránea: “Ágora=Reunión”)
CIUDAD MEDITERRANEA VERSUS ANGLOSAJONA.
Diferencia entre ciudad  Mediterránea y Anglosajona. Ciudades públicas y ciudades domésticas. Una civilización sin ciudades. (En las ciudades anglosajonas será difícil  asimilar la idea de que carecen de ciudad en el sentido público)”.
LA CIUDAD EN EL ISLAM.
Son los versículos 4 y 5 del capítulo XLIX del Corán  en donde encontramos la esencia ciudadana del Islam: “ El interior de tu casa es un santuario, los que lo violen llamándote cuando estés en él, faltan al respeto que deben al interprete del cielo. Deben esperar a que salgan de allí: la decencia lo exige”. (La vida de harén condiciona la organización de la casa y la ciudad musulmana, que se basa en la vida privada de sus habitantes y el sentido religioso de la existencia.

EGLI.- Dice que la idea fundamental de una ciudad está implicada en la idea de la vivienda particular. Íntimamente  relacionado con la ciudad musulmana.
CHUECA GOITIA: “La ciudad es una organización funcional que cristaliza en estructuras materiales. Uno de los elementos determinantes de tal cristalización sea la casa, en ordenación con el resto de factores. Fórmula ciudad musulmana.
Desde el punto de vista de la cercanía cultural siempre han existido  tres tipos de ciudades : a.- La ciudad pública del mundo antiguo, la “civitas romanas”, la ciudad por excelencia; b.- La ciudad doméstica y campestre de la zona nórdica; c.- La ciudad religiosa y privada del Islam.
LA CIUDAD ESPAÑOLA, PERVIVENCIA DEL ISLAM. CIUDADES CONVENTO. Época barroca.
LAS CIUDADES SIN ALMA. LA CIUDAD PALEOTÉCNICA Y NEOTÉCNICA
La ciudad sin alma coincide con la ciudad a la que ha dado origen la revolución industrial. El nuevo complejo urbano.
LEWIS MUMFORD: Señala la Factoría y el “slum”(barrio-ciudad dormitorio) como origen del hacinamiento de gente  en un lugar con nombre a efectos postales. Se trata de la ciudad Paleo técnica, que nace en la primera era técnica, era industrial, con todo su caótico y brutal desarrollo, que no tuvo más ley ni más control que la libre competencia (nacen ahí los ejemplos más desalmados de ciudades en donde solo impera la ley áspera de la producción y el beneficio. Además, adopta la cuadrícula, no la de los ideólogos griegos, sino la de los traficantes de solares).
La ciudad neotécnica nace como respuesta de las clases acomodadas a tales hacinamientos en la sociedad occidental, en busca de parajes integrados con la naturaleza y visiones idílicas lejanas a los núcleos de producción, como remanso de paz y tranquilidad.

EL ALMA DE LAS CIUDADES.
SPENGLER: “Lo que distingue la ciudad de la aldea no es la extensión , no es el tamaño, sino la presencia de un alma ciudadana. El verdadero milagro es cuando nace un alma de ciudad como alma colectiva de nueva especie, cuyos últimos fundamentos han de permanecer para nosotros en eterno misterio… La aldeana colección de casas cada una de las cuales tiene su propia  historia se convierte en todo un conjunto que vive, respira, crece, adquiere un rostro peculiar y una forma e historia interna. A partir  de este momento, además de la casa particular, del templo, la catedral o el palacio, constituye la imagen urbana en su unidad, el objeto de un idioma de formas y de una historia estilística que acompaña en su curso todo el ciclo vital de una cultura”.
LA CIUDAD Y SU DESINTEGRACIÓN ESTRUCTURAL.
Es la propuesta que hace CHUECA GOITIA: el proceso de desintegración de la ciudad, en la que el Ágora, los elementos, en general,  de enlace ciudadano, se desintegran en corpúsculos cada vez más ajenos a un núcleo, una imagen, constituyendo ese proceso, el mismo proceso de desintegración ciudadana, la desintegración del hombre.

2.- LA CIUDAD, ARCHIVO DE LA HISTORIA
Desde el punto de vista de la historia la ciudad se convierte en un archivo que nos ofrece cada uno de los movimientos en los que el hombre ciudadano se adentra para la consecución de determinados fines. Señala Chueca Goitia, que en el caso de la ciudad medieval  es el mantenimiento de las murallas desde donde se organiza un sistema de contribuciones  voluntarias, y señala a Max Weber como estudioso de la ciudad entendida como  como fortaleza y guarnición, en la regulación administrativa  de la propiedad inmobiliaria netamente burguesa: la condición jurídica de esa propiedad estaba determinada por la obligación de vigilar y defender la fortaleza. En la mayoría de los casos origen de las finanzas medievales.
Henry Pirenne, desde un punto de vista economicista, defina la ciudad medieval como  “una comuna comercial e industrial  que habitaba dentro de un recinto  fortificado, gozando  de una ley, una administración y una jurisprudencia  excepcionales que hacían de ella una personalidad colectiva privilegiada”.
Advierte Chueca Goitia que esta definición se reduce a un número muy  escaso de ciudades en el occidente cristiano, ya que  en  la ciudad islámica y la ciudad cristiana oriental carecían de un estatuto jurídico propio.

El proceso de cambio en el mundo moderno, en relación a las ciudades, nace con el racionalismo, y son los mimos adalides de esa fórmula de pensamiento los que evidencian las deficiencias que las ciudades antiguas adquieren des un punto de vista racional: René Descartes” Así aquellas antiguas ciudades  que al principio sólo fueron  villorrios y se convirtieron, por la sucesión de los tiempos, en grandes ciudades, están por lo común tan mal compuestas, que al ver sus calles curvas y desiguales se diría que la casualidad, más que la voluntad de los hombres usando de su razón, es la que las ha dispuesto de esta manera”.
“El racionalismo dio lugar al nacimiento de  la ciudad como obra de arte, como arti-facto”.
Se entiende ahora que la ciudad se convierte en el generador de la historia, a la vez que la historia se genera en las ciudades. De tal forma que los alemanes definen  como Weltanschauung, el proceso por el cual la ciudad recoge en su evolución  las mas importantes concepciones del mundo.  Pero no solo eso, desde el punto de vista histórico, el proceso y evolución natural de las ciudades dio lugar, no solo a una concepción racionalizada del espacio, que ya había existido en la Grecia idealista, en la pragmática roma o en la aplicación de la cuadrícula en las creaciones de nueva planta en Hispanoamérica; el barroco, en su ideal de “esperpentizar” el espacio público introduce la perspectiva como elemento natural en el desarrollo de las ciudades. En la mayoría de las ocasiones unido – el perspectivismo- a al concepto de Residenzstädt o ciudades principescas, o como concepción del espacio artístico.
El XIX , añade, dentro del proceso de revolución industrial, el postulado del utilitarismo. Dice  Chueca Goitia “ que con este criterio, todos los valores humanos, sociales, estéticos, se supeditaron al despotismo de la producción y esto tuvo consecuencias materiales, no muy agradables, por cierto, en la forma y desarrollo  de las ciudades.
En la breve historia del urbanismo  de  Chueca Goitia, y en este capítulo concreto, se hace referencia a las tesis de Spengler: el Alma de la ciudad. Y señala el autor, a través de la definición sociológica que de las ciudades hace Robert E. Park,  que la ciudad siempre es algo más que un conjunto de individuos y de conveniencias sociales; mas que una serie d calles, edificios, luces, tranvías, teléfonos etc.., algo más, también, que una mera constelación de instituciones cuerpos administrativos, audiencias, hospitales, escuelas, policía y funcionarios civiles de toda suerte. La ciudad es más un estado del alma (state of mind) un conjunto de costumbres  y tradiciones, con los sentimientos y actitudes inherentes a las costumbres, y que se transmiten por esta tradición. La ciudad, con otras palabras, no es un mecanismo físico, ni una construcción artificial solamente. Esta implicada en el proceso vital del pueblo que la compone, es un producto de la naturaleza y particularmente de la naturaleza humana.

3.- LA CIUDAD ANTIGUA.
En el proceso que ha seguido  el hombre, tras el neolítico, de sedentarismo a través del dominio de la agricultura y la ganadería, fueron los grandes valles fluviales  los elegidos por los primeros pueblos que constituyeron ciudades, y aunque la arqueología nos deja entrever  sólo algunas de las primeras manifestaciones ciudadanas en estas localizaciones, es cierto que la mayor parte de los restos arqueológicos descubiertos forman parte de grandes monumentos funerarios o templarios que poco tienen que ver con el desarrollo de las ciudades, tal y como las conocemos. Sólo algunos hallazgos fortuitos nos muestran ciudades que pueden orientarnos en el proceso  de civilización del ser humano. Las excavaciones en la ciudad de Mohenho Daro en el valle del Indo  nos muestran una ciudad con ciertos atisbos de regularidad, al igual que las de Illahum- Kahum (ciudad de obreros  construida ex profeso para la construcción de los monumentos funerarios de Sesostris II) , en este caso encontramos características bastante regulares, de acuerdo con un trazado geométrico. Las pequeñas casas estaban construidas por minúsculas habitaciones en torno a un patio cerrado. Otro de los ejemplos conocidos es el de la ciudad de Tell El Amarna,  mandada construir por Akenaton, el adorador del sol,  que presenta un trazado rectilíneo y casas acomodadas construidas en piedra. No obstante en el valle del Nilo los grandes templos-ciudad que han quedado demuestran una apuesta por el geometrismo, la adaptación al terreno con una pretensión de efecto escenográfico que preludian las grandes composiciones urbanas.
En  Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates, también encontramos ejemplos grandiosos de ciudades  de gran esplendor  cuyas características esenciales son:  la irregularidad  de sus trazados menos palaciegos y fortificaciones importantes, mucho más necesarias que en Egipto. El ejemplo de Khorsabad, construida por Sargón II, es el de una ciudad  fortificada y elevada artificialmente para defenderse de las inundaciones anuales y con tendencia a crear un acrópolis artificial de construcción laterítica.
En el siglo VI AC Babilonia, ciudad guarnecida por lienzos rectilíneos de fuertes murallas, defendidas a su vez por un foso. Fue descrita por Herodoto como una ciudad tan grande que parte de ella no se dio cuenta del asedio  sufrido hasta después de varios días, algo desmentido por las excavaciones más actuales.
Pero volvamos al valle del Indo en donde recientes excavaciones  en Mohenjo Daro revelan la existencia de una ciudad bastante floreciente ya en el año 3000 A.C. que presenta tres calles principales, dirección norte a sur, y con una intersección  de este a oeste. A pesar de la construcción de adobe y ladrillo  revela grandes progresos colectivos en las casas y calles pavimentadas y con albañales de evacuación de aguas.
El desarrollo ciudadano en el  Mediterráneo Oriental, en las civilizaciones del Egeo, Minoico-micénica, también constituye un ejemplo a tener en cuenta en el proceso de formación de la ciudad como centro político social, núcleo  de la posterior ciudad estado en la que el Ágora se convierte en el principal espacio público. Antes, en las ciudades previas a la invasión dórica, las aglomeraciones urbanas presentan un trazado irregular, faltando grandes avenidas o composiciones geométricas; la explicación reside en el repliegue necesario a  la topografía del terreno. Como diferencia entre las ciudades cretenses y las del Peloponeso, es que las primeras  no tienen fortificaciones , mientras que en Micenas y Tirinto se encuentran protegidas por grandes muros fortificados, en donde la vida doméstica parecía estar mucho más desarrollada, lo que indica  una civilización más elevada  y más libre que la de Oriente.
La casa es más compleja y confortable, estableciendo en torno a una habitación principal llamada “megarón”, que solía tener el techo abierto para la iluminación de los anteriores y una cisterna debajo para recoger las aguas pluviales (precedente del “impluvium” romano. Los palacios se ubican en la ciudad adosados  a una plaza y sus gobernadores no tienen carácter divino y gobernaba sobre comunidades en cierto modo libres.  (gurniac).
En Grecia los primitivos  centros habitados se preocuparon, más que de la estética, de la defensa y las facilidades para el comercio. Con el desarrollo de la democracia en las ciudades-estado aparecen menos elementos urbanísticos que indican una colaboración más estrecha del pueblo en los asuntos de la comunidad.  A parte de los templos (orgullo de la comunidad) surgen diversos edificios dedicados al bien público en torno al Ágora (centro vital de la ciudad y mercado). Allí se construía el “ecclesiateron” (sala de asambleas públicas), el “bouleuterion” (sala para asambleas municipales), el “prytaneion”( lugar de reunión de las cámaras municipales) y la Stoa (construcción alargada que cerraba, a veces,  uno de los costado del Ágora, formada por pórticos de una o dos plantas que servían para la vida pública y el comercio. También espacios para las diversiones: teatros, al aire libre, y estadios para juegos.
Apunta Chueca Goitia que Demóstenes  dijo refiriéndose a los gloriosos  días antiguos que en la  vida privada era ejemplar la moderación de los grandes hombres ya que pocos hubieran  descubierto en sus casas esplendor alguno.
Grecia legó a Occidente las bases del raciocinio  moderno y el nacimiento de la “IDEA”, de  la “TEORÍA”, ofreció, lógicamente, soluciones teóricas racionales al desarrollo de la planta de la ciudad.  Hippodamos de Mileto (considerado el primer urbanista con criterio científico) a quien se atribuye la reconstrucción del puerto del Pireo y Rodas. Crea la ciudad en cuadrícula y sobre todo, su teoría se aplica a las nuevas colonias fundadas “ex nihilo” y fuera de toda atadura, de tal forma  que las ciudades ya estaban preconcebidas ante su emplazamiento y trazado. Selimonte), Mainaké, Turrium,  Mileto y Olyntos, forman parte, o de la reconstrucción en la que pudo actuar, o ciudades creadas bajo su teoría.
Prienne, Cnido, Pérgamo, Éfeso, Magnesia, Geraza. En la época helenística, la profusión de nuevas ciudades, gracias a las conquistas de Alejandro, que nacieron y mantuvieron la cultura griega, una cultura evidentemente urbana y cosmopolita prosperaron y se desarrollaron  en la base de su economía capitalista.
Los miembros de la antigua y nueva aristocracia romana e italiana, trasladaron sus prácticas y experiencias orientales a la propia península itálica: se aprovecharon de esclavos  y trabajadores que emigraban de Oriente y que fueron quienes posibilitaron  la explotación científica de los recursos del mundo helenístico. Así las civilización campesina romana se convirtió en una civilización urbana. El desarrollo del urbanismo en roma  fue un fenómeno gradual e ininterrumpido, fomentado por todos los emperadores del siglo I DC (Augusto y Claudio).
Gracias al orden urbano y rica burguesía de las ciudades se cimentó el triunfo de Augusto (PAX AUGUSTA) , el urbanismo estabilizó la situación de los Flavios y los Antoninos.
Cita Chueca Goitia a Rostovtzeff para quien el imperio romano  fue un agregado de ciudades griegas, itálicas y provinciales (más o menos helenizadas o romanizadas)
Las características de estas ciudades  pasan por tener un propio autogobierno integrado en las estructuras de una monarquía casi absoluta. El imperio Romano del siglo II fue así una mezcla de federación de ciudades autónomas y, como decimos, un poder casi absoluto del emperador de Roma.  Las ciudades del imperio romano fueron herederas de las helenísticas de las que tromaron sus refinamientos técnicos: alcantarillado, traída de aguas, baños, pavimentos, servicios de incendios, mercados… Destacan, lógicamente, Roma, Alejandría, Antioquía, Éfeso, Cartago, Lyon.
Existen multitud de ciudades cuyos trazados originales proceden de pueblos indígenas, es el caso de Numancia,  o la misma Roma; otras, son ciudades helenísticas  o romanizadas que habían continuado con la tradición hipodámica,  o de campamentos militares, como León y Timgad (Numidia), es la aportación más original de los romanos en su búsqueda de lo práctico y sencillo, con las que llevar a cabo  grandes empresas coloniales. Utilizaba los recursos del arte a propósito de impresionar más por la majestad que por la emoción estética. Buscaba trazados regulares o geométricos y si no podía  incluía organizaciones urbanístico-arquitectónicas de gran esplendor como es el caso de Roma, cuya monumentalidad, nunca fue superada (foros, palacios, templos, termas, anfiteatros, circos…) Del ánimo que reinara en Roma dependía la paz del imperio.
Las ciudades de origen militar fueron las más regulares, Timgad en Numidia, a las que se aplicaba el rectángulo legionense de  570X380 metros. En Hispania, debemos destacar el trazado de algunas ciudades, como la referida León, o Mérida, que llegó a tener la undécima importancia en el mundo antiguo  y cuyas excavaciones nos permiten conocer un trazado militar en un rectángulo de 9.400X350 metros y y cuyos restos de pavimentado, cloacas y trazado permiten localizar perfectamente el Cardo y la Decumana. En otros lugares como Itálica, Bolonia(Cádiz), Ampurias, Augustóbriga se han encontrado restos de calles porticadas, al estilo alejandrino y que constituyen los ascendentes  de las calles porticadas españolas.
4.- LA CIUDAD ISLÁMICA.
La velocidad de expansión e irradiación del islam le obliga a adaptarse a la cultura de los países que encuentra a su paso y absorbe: no crea elementos culturales nuevos, ni formas artísticas propias. Todo lo asimila y lo adopta e integra en la concepción de vida impuesta  por una religión  rigorista y poco flexible: “una teocracia puritana”.
Los árabes avanzan por los territorios más urbanizados de la cuenca mediterránea. sería muy posterior la creación de sus primeras ciudades, como Bagdad(750), Kairuan(670), Bucaría, Samarcanda, El Cairo (969).
Lo que distingue a las ciudades islámicas es su semejanza, en ninguna otra cultura se encuentra semejanza parecida. A la llegada del Islam se nota un visible empobrecimiento con relación a complejos urbanos del mundo helenístico y de Roma. El Islam  (sometidos a la ley) lanza a  sus adeptos  a conquistar un mundo que convierten en un paraje empobrecido de las ciudades antiguas. Muere el Ágora, los lugares para asambleas ciudadanas, los circos y teatros; lo único que salvaron fueron las termas  convirtiéndolas en organizaciones más modestas y dedicadas exclusivamente al baño.
Pero existe un elemento que se constituye en primordial  en la ciudad islámica: la puerta, en donde se establecen zocos y mercados (plazas del arrabal, como la plaza mayor de Madrid, arrabal de la puerta de Guadalajara). Ibn Haldun, interpretado por Ortega y Gasset a través de su ensayo “Abenhaldun nos revela el secreto….”, señala que la humanidad nómada tiene una tendencia natural al sedentarismo y por ello a fundar ciudades. Sin embarg, nuca acontece lo contrario. de tal forma, que  para Abenjaldum, la civilización es consecuencia inexorable de la cooperación  que constituye un mal en sí misma: lleva al hombre a perder su vigor y corromperse. Por otra parte destaca Ortega y Gasset de las palabras de Abenjaldum que si los árabes  tienen necesidad de piedras, arruinan las construcciones próximas y si han menester maderas  destruirán las techumbres de las casas, por la naturaleza misma de su vida son hostiles a todo lo que signifique edificio. También cae en una concepción cíclica  de la historia al aseverar que los nómadas arrasan las ciudades cada 120 años.
E.R.Park divide a la sociedad humana en  en dos estructuras diferentes: las sociedades bióticas y las sociedades culturales. La estructura de la sociedad musulmana pertenecería a la primera, además de ser la que menos atención ha reclamado  de los historiadores del urbanismo. Robert E. Dikinson: “ Estas ciudades, sin plano, amasijo  de edificios y casas con calles llenas de vida, que varían en anchura y dirección y se ramifican saliendo de otras principales terminan en “culs de sac”, laberintos imposibles de descifra,  son típicas de España.
5.- LA CIUDAD MEDIEVAL.
Señala Chueca Goitia como fundamental para entender el  período el proceso de urbanización  inversa que se produce al fin del Imperio Romano, La civitas romana, desaparece y da lugar a un paraje agrario que formula una nueva sociedad de carácter, en donde el vasallaje deja como eslabón último de la cadena al agricultor campesino, que se convierte en pieza fundamental en el proceso de creación de una nueva sociedad, y citando a Luis Díez del Corral, se produce un “continuum”, un trabado y vívido entramado geográfico humano, que cambia el rostro urbano de Europa.
“El carácter campesino de la cultura europea manifiestase de esta suerte en sus más diversas facetas: en el arte, la vida eclesiástica, en la política y la organización social, en la economía y en la vida militar. No implica tal actitud una actitud romántica de desvalorización de la ciudad europea frente al campo. Es evidente que lo más excelso de la cultura europea ha surgido en la ciudad y no en el campo –en menor grado, desde luego, que en el mundo antiguo o en buena parte del oriental-; pero tratábase de una ciudades que  eran campesinas por estar envueltas y enraizadas en una sociedad de tal índole, de donde se les originó, paradójicamente, la posibilidad de vacar a otros menesteres y desarrollar un tipo de vida y cultura “sui generis”, de un carácter máximamente ciudadano” (Luis Díez del Corral).
La organización monástica adquiere una importancia  abismal en el desarrollo de ese “continuum”. Gran parte de la colonización agraria  que se desarrolló en Europa en esta época se debe al desarrollo de estos centros monacales. La ciudad se integra en este sistema de forma comedida, no creándose grandes aglomeraciones urbanas. Además la ciudad como tal no nace hasta el siglo XI y se desarrolla en los dos siguientes. El motivo esencial que da lugar al desarrollo de esos centros ciudadanos es el comercio y la industria. El nacimiento de una clase burguesa que necesita franquicias para desarrollar su negocio, y a pesar de estar en contra del orden feudal

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