APROXIMACIÓN
A UNA TEORÍA DEL ARTE DE FRANCISCO CASCALES EN LA PRIMERA EDICIÓN
DE LAS CARTAS PHILOLÓGICAS
«Oye
y medita bien estas palabras:
En
muchas profesiones se toleran
con
sobrada razón las medianías:
Letrados
hay, que no tienen la ciencia
Del
gran Aulo Caselio; y oradores
Que
abogando en el foro, no demuestran
La
expresiva facundia de un Mesala;
Y
Roma, sin embargo, los aprecia.
Pero
a un mediano vate, ni los cielos
Ni
los hombres le sufren, ni aun las piedras».
Francisco
de Cascales
RESUMEN: Acercamiento
básico a la grandeza intelectual de Francisco de Cascales, su
erudición y gran entusiasmo por el verbo latino, Horacio, el
humanismo, el “paganismo” y el conocimiento en su literatura y en
“las cartas philologicas”, una treintena de variada extensión y
temática, que sirven para conocer su destreza con el idioma y toda
una teoría artística a través de los conceptos que exhibe con
profusa erudición en este conjunto de llamadas a la reflexión, la
deducción y los principios aristótelicos de hilemorfismo. Cascales
se convierte en un gran océano de conocimiento contenido en un
pequeño vaso de agua.
ABSTRACT: Basic approach to
intellectual greatness Francisco de Cascales, erudition and
enthusiasm for the Latin verb, Horacio, humanism, "paganism"
and knowledge in their literature and on "Cartas
Philologicas",
thirty varying length and theme and provide for his skill with the
language and entire artistic theory through concepts with profuse
erudition displayed in this set of calls to reflection, deduction and
Aristotelian principles. Cascales becomes a great ocean of knowledge
contained in a small glass of water.
Palabras clave: Teoría
del arte, Cascales, Siglo de Oro, Cartas Philológicas,
Aristotelismo, Horacio, Literatura latina, Conceptismo.
Key Words: Art Theory,
Cascales, 'Siglo de Oro', 'Cartas Philologicas', Aristotelianism,
Horace, Latin Literature, Conceits.
1.-INTRODUCCIÓN.
2.- EL ARTE DE LA NATURALEZA: LA PORTADA DE LA PRIMERA EDICIÓN
DE LAS CARTAS PHILOLÓGICAS DE (1634).
1.-
INTRODUCCIÓN.
Francisco
de Cascales sigue siendo un enigma para la historiografía actual1,
entre otras cosas por la afluencia de documentos encontrados y
publicados sobre un homónimo u homónimos que convierten al escritor
murciano del Siglo de Oro en una especie de hombre múltiple, de
múltiples habilidades, y con una vida muy por encima, en cuanto a
desafíos, trabajo y hechos, hubiere podido realizar cualquier mortal
de su época, incluidas las primeras figuras de la historia de
España2.
A pesar de la documentación estudiada por el conde de Roche o las
aportaciones documentales de Muñoz Barberán, Díez de Revenga,
Marcelino Menéndez Pelayo, Andrés Bolarín, entre otros muchos3,
que sitúan la figura del licenciado Cascales entre las de los
aventureros más cualificados del siglo XVI, los penados en
Chinchilla4
por decenas de años, entre los hijos de ajusticiados por la Santa
Inquisición, los mejores vendedores, con sustanciosos beneficios,
evidentes por su correduría de inmuebles o entre las plumas más
gloriosas del Siglo de Oro -con un auténtico engarce de su
literatura, sus propuestas teóricas y su amplia producción
gramática latina- que bien le sirvió para convertirse en objeto de
este estudio. 5
Al
uso de otros artículos que pretenden extraer una enseñanza más
teórica de la historia del Arte como disciplina -en función de un
trabajo artístico-literario- tengo que decir que nace la idea de las
aportaciones en varios artículos del profesor de la universidad de
Murcia, Miguel Ángel Hernández Navarro6,
que señalan la gran validez de la historia de la literatura y la
escritura en sí como perfiladora de una nueva historia del arte
aplicada a esa tendencia más actualizada que convierte el arte en
algo inmaterial en un proceso intelectual –que engrandece el
conocimiento humano las aspiraciones de lo humano como filosofía-
sea cual sea el medio a través del que se reproduzca, un fondo común
estético que muestra sus evidencias en la literatura del siglo de
Oro -síntesis de las aproximaciones de grandes teóricos como
Menéndez Pelayo- que ven en la literatura un proceso de “superación
en el saber”. No se trata de aplicar a este proceso de extracción
teórica las enseñanzas de Hegel, Benjamin, Danto o los nuevos
psicoanalistas como Lacan, evidentemente, la existencia ontológica
de una obra y una figura ( aunque algo desdibujada, desde el ámbito
personal pero estudiada hasta la saciedad en su límite teórico)7
la del Licenciado Cascales, son suficientes para hacernos eco de sus
aportaciones al arte de la literatura, también al arte en general
como expresión propia del fundamento estético que compone su
ideario Aristotélico de Arte Poética y literaria: su idea
mimética de arte.
Uno
de los elementos más extraordinarios y mejor explicados por los
estudiosos es el proceso de creación del escudo de la ciudad de
Murcia8,
también el diseño trabajado que estampó del suyo propio y los
creados a modo de teatral -presentación en la primera edición de
Las cartas Philológicas (1634)- y repitió en Florilegio
de la versificación. Hasta ahora, uno de los emblemas más
característicos en torno a sus intenciones escritoras y base de su
teoría del arte próxima a un Aristóteles difundido en el
Renacimiento pero conocido desde la obra latina de Horacio y admirado
entre los escritores del Siglo de Oro por su orden establecido en “La
Poética” por intérpretes que hacen su apuesta y deliberación
sobre un escudo emblema y propósito de su propio concepto de arte.
Este escudo ha sido estudiado por Manuel Muñoz Clares9
con la componenda adicional de aplicar sus expresiones "pictóricas"
a su trabajo como gramático y como artista de la escritura. En la
bibliografía de este trabajo encontraremos nombres propios que
siempre hacen referencia a los documentos presentados, analizados e
interpretados (no siempre correctamente) por el Conde de Roche, el
pintor y miembro de la Real Academia de la Historia de Murcia, Muñoz
Barberán y Juan Torres-Fontes como gran conocedor de los referidos a
toda la historia de la ciudad de Murcia entre el medievo y el siglo
XIX. Son muchos más los interesados, aquellos que se han ocupado de
la figura del Licenciado Cascales: Menéndez Pelayo, Justo García
Soriano y, a la suma, profesores de la universidad de Murcia, como
Francisco Diéz de Revenga, Mariano de Paco y otros que
desglosaremos en la bibiliografía y notas finales de este trabajo,
así como nombraremos en el desarrollo de este recopilatorio del más
singular teórico del arte literario español del siglo de Oro.
Para
centrar nuestro objeto de estudio tenemos que buscar el epicentro de
las consideraciones teóricas de Francisco de Cascales en las Cartas
Philológicas10
y de una forma adyacente en aquellas obras dónde desglosa sus
aportaciones a la gramática latina que han sido calificadas de alta
importancia por su contribución al conocimiento de Horacio11
y otros latinos como los que destacan María Isabel López y Eulalia
Hernández.12
Comencemos,
no obstante, por el principio y situemos la acción de las
consideraciones testamentales de la madre del licenciado Cascales
(doña Leonor) para dar luz a su existencia como hombre en la
historia, en ese sentido, la valoración que, sobre el testamento
hace José Cano Benavente13
, nos informa de muchas arbitrariedades que han pasado de soslayo
los historiadores:
“Cuando Justo García Soriano publicó su libro
«El Humanista Francisco Cascales. Su vida y su obra» (1924), creyó
tener ya claro dónde, cuándo y en qué familia había nacido el
Licenciado, al aportar una partida bautismal de la Iglesia de
Fortuna, que dice: «Año 15J4. Hoy 13 de marzo, yo Ginés Boluda,
cura, bauticé a Ginés y a Francisco, hijos de Juan Cáscales y de
Catalina Pagan; fueron sus compadres, Alonso Lozano Pérez y Pedro
Roa, vecinos de Murcia, y fueron comadres Catalina Lozano, mujer de
Antonio Carrillo y Catalina Lázaro, mujer de Bernardo Salar»,
partida que pronto perdió credibilidad.
Pero García Soriano, en minucioso rastreo por los
archivos parroquiales de Murcia, encuentra y da a conocer otra
partida de la Parroquia de Santa Catalina, cuyo texto es: «(Al
margen Francisco). En xxvj de junjo de mdlxvij baptizó fr.°
cervellon a fr.° moreno de doña Leonor de cáscales, fuen sus
compadres...”
El
recorrido realizado por su obra y el trabajo de interpretación de
gran número de admiradores e historiadores, facilitan y , en algunas
ocasiones, ensombrecen el legado de un autor insigne, original y, en
extremo, peculiar, no solo en la literatura del siglo XVII sino en la
sociedad misma de la época. Los datos propuestos por los estudiosos
lucen su figura o su obra y la deslucen, al mismo tiempo que rompen
la continuidad histórica de un singular personaje, del que aparecen
más recovecos, según se conoce su amplio conocimiento sobre la
literatura latina, más que su propia vida, de la que puede decirse
que también ostenta más sombras que luces, ya que son muchos los
episodios que quedan en la oscuridad del desconocimiento. Francisco
Cascales es muchas cosas, como hemos dicho anteriormente: un
humanista, un literato, un profesor, un estudioso de la gramática
latina, buen conocedor de la mitología14:
“Podemos
reconocer en Cascales incluso la idea que de los mitos encierran un
enigma que hay de saber desentrañar”,
un hombre del arte, ya que gusta de la emblemática, según autores,
a mitad de camino entre el conceptismo y el culteranismo, pero sobre
todo, un profundo conocedor del alma humana y un claro ejemplo de
aquello de la inventio, exordio, dispositio: La retórica, que
denomina la arbitrariedad del lenguaje a partir del ingenio y el uso
subordinado de los significantes de las palabras a los significados
que por idoneidad o uso de figuras literarias considere un autor tan
ingenioso a su razón de escribir. Podría decirse que modula la
significación de las palabras a través de todos los usos retóricos
de la lengua latina aplicados a un riquísimo castellano. Aunque el
tema que nos trae, a una de sus principales obras “Las
Cartas Philológicas”,
es encontrar una teórica del arte, cerca estaríamos de tener todo
lo suficiente para analizar con denuedo analítico cada frase y cada
cita, como han hecho ya muchos estudiosos de la obra. He de reconocer
que es largo y dificultoso el camino, ya que Cascales profesa de una
gran capacidad para convertir sus trabajos en obras de ingenio, según
las cuales, cada asunto puede envolverse de los medios precisos para
convertirse en un mundo literario, una cita plena de significados de
todo tipo y que pueden ser o no ser, a su libre antojo y merced a la
grandeza de espíritu que demuestra en sus razonamientos, a favor y
en contra, de cualquier tema. Uno de los hitos esenciales en la
interpretación sobre Cascales, en relación a su teoría artística,
pasa por descifrarla -cosa ya hecha parcialmente por Menéndez
Pelayo15
quien reconoce la gran capacidad de Cascales para acometer cualquier
razón artística desde la retórica-16.
Por ello, nos detenemos en su quehacer literario y, lógicamente, en
sus apreciaciones, no solo estilísticas, por supuesto, sus
apreciaciones humanistas son de gran valor en lo que confiere al
Licenciado su grandeza como insigne literato capacitado con una
extraordinaria sutileza para abordarlas por muy “críticas” e
incómodas –para la época en que vivió- pudieran parecer.17
«La verdad una
es, y lo que una vez es verdadero conviene que lo sea siempre, y la
diferencia de tiempos no lo muda; que aunque ella tiene poder de
mover las costumbres y culto, de esta mutación no resulta que la
verdad no se quede en su estado. Y así la variedad de los tiempos,
nacida después, no hará que en la Poesía se deba tratar más que
una hacienda entera y de justa grandeza, con lo cual todo lo otro
verosímilmente convenga. Después de eso, el arte, en cuanto puede,
imita a la naturaleza, y tanto hace bien su obra cuanto a ella se
avecina: la cual siempre, .en cualquier género de cosas, mira una
regla con que se rige en el obrar, y a que como fin suyo lo endereza
todo. Una también es la idea en que se mira, cuando obra, la
naturaleza, y una es la forma a que atiende el arte en su magisterio.
Una razón tuvo
siempre la Arquitectura... aunque muchas veces se haya mudado el
edificio. A una razón se atiene también la Pintura y cualquier arte
que imite, y si bien ésta o aquélla, con el decurso del tiempo, ha
recibido alguna variedad, ésa no ha consistido en la propia esencia,
sino en la cualidad accidental, o bien en el modo de imitar, o bien
en los ornamentos... Ni porque las poesías son diversas... dejan de
guardar la unidad que tratamos, en la materia que emprenden».
Es
evidente que, en esta introducción, nos tenemos que alejar de temas
históricos, especulativos sobre su persona, y centrarnos en la
interpretación y argumentación que él mismo y sus estudiosos más
cercanos realizan de un trabajo en extremo erudito y complicado por
su riguroso conocimiento filológico del latín, de Horacio, en
concreto, y de ese amplio espectro que constituye un acervo humanista
que no le impide al mismo tiempo ser hombre de profundas raíces
barrocas por su concepción y uso del lenguaje18.
En la bibliografía general exponemos trabajos que nos acercan a gran
variedad de interpretaciones sobre su historia, pero como he dicho
anteriormente, buscamos mejor la explicación de sus ideales
artísticos más que una erudita exposición sobre su enigmática y
complicada existencia física. También burlamos las interpretaciones
históricas que se han hecho sobre su capacidad retórica que le
supuso siempre estar muy por encima de sus dotes como teórico
estético de la poesía y el arte. 19
“Las <>
son un diálogo más ligero y ameno que el de la Philosophia Antigua,
pero mucho menos original y profundo. Cáscales no era helenista;
cita siempre a Aristóteles en latín, y no da pruebas de haberle
meditado mucho. En cambio, la Epístola de Horacio la tenía en la
uña, la había traducido en verso castellano mucho mejor que
Espinel, a juzgar por las muestras; y llevado del afán de
metodizarla, la había descuartizado en un cierto arreglo, que
empieza por el Ergo fungar vice cotis. Todo esto quiere decir que
Cáscales es más bien un retórico, aunque de óptima ley, que un
estético; y si el árido y cejijunto Cristóbal de Mesa había leído
la obra del Pinciano, bien poca conciencia tuvo al decir a Cáscales
en una canción laudatoria (que es quizá la menos desagradable de su
poesía) que las Musas españolas habían estado incultas y sin arte
hasta que las Tablas aparecieron.”
2.- EL ARTE DE LA
NATURALEZA: LA PORTADA DE LA PRIMERA EDICIÓN DE LAS CARTAS
PHILOLÓGICAS DE (1634).
Ella
es la proveedora, el intelecto humano, es quien extrae la medida, el
orden, la disciplina del trabajo convierten lo yermo en vida; y no
sólo eso, también cualquier tipo de vida nacida de la mente, del
ingenio. Uno puede hacer realidad el mito de Pegaso con el buen uso
de las artes, de hecho se le considera un filósofo del arte (Diez
de Revenga)20.
El artista puede recrear una idea y lo hace a imagen de las
propuestas literarias que han motivado tal imaginación. Un caballo
alado es un ser mítico, grecorromano, que escapa a esa idea
generalizada, en el concilio de Trento, de que el arte sirve a la
religión y en él debe estar, ésta, siempre presente. El mismo,
Cascales, es el creador del emblema que tan interesante
interpretación tiene, y sobre el que nos detendremos varias
ocasiones a lo largo de este estudio. Entre otras cosas porque es un
emblema en toda regla, una estructura de conocimiento añadida a la
portada del libro como visión teatral y enigmática de lo después
expuesto, al tiempo que presentación teatralizada de sus
intenciones, algo común común en época previa al barroco y germen
de esa visión atractiva hacia tal disciplina: crear un emblema que
singularice el libro, una portada gráfica que contenga
emblemáticamente parte del contenido y presentación del autor y sus
ideas. El uso del emblema del apellido Cascales, las nueve
adormideras en orla laureada, es vestigio de su autoría, y del
querer sellar su obra con el reconocimiento de su autoría. Hemos
visto antes, ese inicio de culto al yo, en la obra de Arfe y
Villafañe y otros muchos tratados de la época antecedente). Más
importante es el trabajo que cuenta la aparición de la fantasía en
la naturaleza gracias al intelecto humano que es capaz de extraer de
ella, con lo materiales propios de un escultor un ser mitológico, un
caballo alado cuya historia es variada según los estudiosos, pero
puede evidenciar la imaginación, las alas de la inteligencia y la
experiencia, o simplemente las aproximaciones a las historias más
cercanas relatadas por la mitología grecolatina en relación al ser
mitológico más conocido junto al Unicornio: Pegaso. No puede pasar
desapercibida la aparición del compás como elemento propio del
diseño y al tiempo de la masonería21
El gran sello presentación de la edición murciana de las cartas
philológicas de 1634 supone además el reconocimiento de un concepto
artístico-literario muy centrado en el aristotelismo a través de la
construcción de las ideas que se proponen en la mayor parte de las
tres décadas de cartas recogidas, con un claro estímulo a una
cierta techné mimética que
permite hacernos ver a través de imágenes ejemplosos y los usos
retóricos más conocidos, cierta manipulación de los
elementos que constituyen su dispositio en el discurso. Es el
lema que preside tal presentación: MIRUM ARTIS OPUS: “La
obra de arte es admirable”, el más
destacable, sin duda, porque la traducción de artis tiene
que ver con el concepto griego de “tecné”, destreza, pero
destreza de la imaginación, del intelecto.
“En
ella, bajo las armas de los Cascales -nueve adormideras, o
"cascales", en una cartela rodeada por una corona de
laurel- coloca una empresa por él ideada cuyo lema "MIRUM ARTIS
OPUS"corresponde a la imagen de un Pegaso esculpido en madera, a
falta de los cuartos traseros para estar concluido, bajo el cual
aparecen los instrumentos propios del escultor (maza, compás,
gubias, etc.). Las cinco reglas que daba se cumplen en ella: - el
acuerdo, o "la justa proporción", entre lo representado y
la letra; la escultura a medio hacer de una imagen fantástica y
prodigiosa junto con un lema que puede ser traducido como "La
obra de arte es admirable"; - el grado justo de complicación en
el concepto representado; por el lema Cascales se declara admirador
incondicional de la verdadera obra de arte (entendida ésta como
cualquier manifestación perfecta del ingenio sujeto al estricto
cumplimiento de reglas) ...; el Pegaso, por su condición de animal
mitológico imposible en la realidad, vendría a subrayar la rareza
con que se producen estas obras perfectas; y las herramientas en el
suelo aludirían al necesario conocimiento de las reglas y medios por
los que tales obras se crean; - tiene unas proporciones de diseño
armoniosas;
- carece de forma humana - y su lema está escrito en latín para encubrir algo más el significado”.22(Muñoz Clares, 1991)23
- carece de forma humana - y su lema está escrito en latín para encubrir algo más el significado”.22(Muñoz Clares, 1991)23
El
catálogo de ideas de Francisco de Cascales no es sencillo24,
menos cuando sus capacidades quedan auspiciadas por su temor a la
irreverencia y su constante deseo de adquirir la nobleza (tal vez
perdida o nunca habida) en los blasones de su familia, como señalan
algunos historiadores. Su teoría artística, pese a las muchas
matizaciones le convierte en un Aristotélico de difícil
clasificación, su cercanía a Horacio, su conocimiento de la cultura
latina y del latín mismo le señalan como hombre del renacimiento en
una época en la que ya no está de moda serlo. Cercano al manierismo
e inmerso en el barroco literario español, es evidente que Cascales
compone desde la concepción renacentista de la naturaleza bajo el
marco de la teatralidad barroca.
Como
hemos señalado anteriormente la vida de Cascales es en parte un
misterio desvelado progresivamente, aunque son muchas las incógnitas
que perviven en la historia de este singular hombre de letras. Su
historia, pese a ser controvertida, ha sido muy estudiada por
historiadores murcianos que han permitido compilar de una forma
exhaustiva los datos más relevantes, aún confusos.
No
debería tener nada que ver con su teoría literaria y artística.
Aun cuando los datos referidos a su juventud son dispersos y
contradictorios. El Cascales poeta y escritor de cartas plenas de
conceptos explicados con fruición e ingenio son suficientes para, al
menos en una primera lectura, difundir los pilares básicos que
sustentan tal teoría. Uno de ellos lo hemos nombrado: su adscripción
al Neo aristotelismo, pero sin leer un gran conocimiento del Corpus
Aristotelicum y por tanto su disponibilidad a creer que la
Naturaleza es la que hace emerger cualquier arte en contraposición a
esa otra idea más conocida y extendida en el Renacimiento español
que acuñaban neoplatónicos de todo arte y que tiene que ver con esa
asunción de los conceptos desde un un punto de vista de su
procedencia divina.
Su
conocimiento exhaustivo de la lengua latina que le lleva a enmendar
la plana a Nebrija o de Brozas, ha sido especialmente estudiado por
Sandra Ramos Maldonado25
( y de su estudio extraemos la mejor de las síntesis sobre lo que
significaba para Cascales la gramática latina y su aplicación
práctica:
“Cascales
defiende una gramática cuyos objetivos deben ser a la vez
lingüísticos y filológicos o literarios, una gramática de usos y
experimental característica de la de Nebrija; pero al mismo tiempo
ha de ser breve y clara, como la defendida por el Brócense y los de
su generación; se observa además en él un deseo de buscar la ratio
lógica de determinadas cuestiones, para lo cual recurre a criterios
fundamentalmente semánticos, rara vez funcionales y establece dos
niveles, uno «normal, vulgar» (latine loqui) y otro «elegante,
realzado» (grammatice loqui), ambos perfectamente compatibles con el
uso de la lengua latina, pero que se diferencian en que en el «nivel
gramático» entran en juego las figuras de dicción o retóricas,
tesis diametralmente opuesta a la del Brócense y sus figuras de
construcción”.(RAMOS 2001, 348)
Dejamos atrás, por tanto la estructura y el número de cartas,
incluso las menciones más precisas a cada uno de los estudios que se
han realizado con ellas a fin de volver sobre sus contenidos en
tiempo y manera que permita dar una clara explicación de un universo
creativo que se pierde en la historia literaria sin más
consecuencias que las derivadas de las apreciaciones más cultas de
los escasos y muy distinguidos eruditos que a lo largo de la historia
tuvieron acceso a ellas, privando, con su oscurantismo ilustrado, del
conocimiento y la educación, a un pueblo en su gran mayoría
analfabeto y ajeno a tales grandezas del ingenio humano.
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Francisco de: Cartas
philologicas : es a saber de letras humanas, varia erudicion,
explicaciones de lugares, lecciones curiosas... i muchas sentencias
exquisitas ...
CASCALES,
Francisco de: Cartas
philologicas: es a saber, de letras humanas, varia erudicion,
explicaciones de lugares, lecciones curiosas, documentos poeticos,
observaciones, ritos i costumbres, i muchas sentencias exquisitas.
por don Antonio de Sancha, 1779.
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Saavedra Fajardo de Literatura
<<
http://hdl.handle.net/10201/14821
>>
Muñoz
Clares, Manuel: “Símbolos
y alegorías en los discursos históricos del licenciado Cascales”,
Revista Virtual de la Fundación Universitaria Española. Cuadernos
de Iconografía. Tomo IV – 8.1991.
1Los
artículos consignados de Muñoz Barberán, el conde de Roche,
Javier Díez de Revenga y, prácticamente, todos los citados en la
bibliografía general dan cuenta de la oscura enumeración de una
línea consecutiva de hechos sin ver alteraciones o contradicciones
a lo largo de la vida del Licenciado Cascales.
2Es
necesario detenerse a contemplar como a lo largo de las tres décadas
de “Las cartas philológicas” el
objeto de su interés reside en materias y en nombres de la primera
esfera de la política, sociedad, humanismo, clasicismo o la
literatura.
Vida
artística murciana en los siglos XVI y XVII).
Ed. Almudí, Ayuntamiento de Murcia. Murcia 1996.
4Véase
bibliografía general: Bolarín, Andrés.- “El licenciado
Cascales en el Renacimiento”, Alfonso
X el Sabio. 1198
5LÓPEZ,
María Isabel; HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Eulalia. La presencia de
Virgilio en la obra del humanista Cascales. 1985.
6NAVARRO,
Miguel Angel Hernández. El arte contemporáneo entre la
experiencia, lo antivisual y lo siniestro. Observaciones
filosóficas,
2006, no 3, p. 7.
7
Epistola
Horatii Flacci de Arte Poetica in methodum redacta versibus
Horatianis stantibus, ex diversis tamen locis ad diversa loca
translatis(Valencia,
Silvestre
Sparsa,
1639)
8CASCALES,
Francisco. Discursos
historicos de la mui noble i mui leal ciudad de Murcia y su reino.
Benedito, 1775.
9“Símbolos
y alegorías en los discursos históricos del licenciado Cascales”,
Manuel
Muñoz Clares. Revista Virtual de la Fundación Universitaria
Española. Cuadernos de Iconografía. Tomo IV – 8.1991.
http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0806.html
)
10Primera
y segunda ediciones 1634 <<
http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/2684066
>> y 1789 <<
http://books.google.es/books?id=kLtCAAAAcAAJ&hl=es&pg=PP2#v=onepage&q&f=false
>>, respectivamente.
11Pérez
Pastor, José Luis: “La
traducción del licenciado Francisco de Cáscales del Ars
poética de
Horacio.CRITICÓN.
Núm. 86 (2002) “La
Epistula ad Pisones de Horacio, conocida ya desde antiguo como Ars
poética es un texto que ha tenido una enorme fortuna como base de
la teoría estética y de la preceptiva literaria de Occidente, con
una continuidad más o menos estable desde la Antigüedad tardía y
la Edad Media hasta llegar al Renacimiento2. Fue en los siglos XV y
XVI, precisamente, cuando las ideas expresadas en el poema latino se
vieron sometidas ha intento de conciliación y fusión con las que
expresaba la Poética de Aristóteles, de casi nula predicación
hasta los inicios del Renacimiento italiano. Ambas obras se
interpretaron —al menos desde los tratados teóricos, puesto que
la realidad de las obras de creación era mucho más multiforme—
como autorizadísimas fuentes de preceptos sobre los cuales edificar
las nuevas literaturas nacionales, para que así fuesen equiparables
a la literatura que el mundo grecolatino había legado”.
12
Véase cita 5
13BENAVENTE,
José Cano. El
testamento de doña Leonor de Cascales.
Academia Alfonso X, 1985.
14FUENTES
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15MACLENNAN,
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17
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18
Menéndez
Pelayo y la literatura murciana. 1956 MurciaUniversidad, Cátedra
Saavedra Fajardo de Literatura
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http://hdl.handle.net/10201/14821>>
19
Menéndez
Pelayo y la literatura murciana. 1956 MurciaUniversidad, Cátedra
Saavedra Fajardo de Literatura.
pag 5.
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http://hdl.handle.net/10201/14821>>
20DÍEZ
DE REVENGA, F. J. Teoría y práctica del soneto en
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1975, vol. 42, p. 98-119.
21
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del licenciado Cascales. Cuadernos
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1991, vol. 4, no 8, p. 48-56.
22
CLARES,
Manuel Muñoz. Símbolos y alegorías en los Discursos Históricos
del licenciado Cascales. Cuadernos
de arte e iconografía,
1991, vol. 4, no 8, p. 49-51.
23CLARES,
Manuel Muñoz
http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0806.html
24
Cascales, F., Discursos
Históricos de La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Murcia. 4.ª
ed. Acad. Alfonso X el Sabio, Murcia, 1980.
25
RAMOS MALDONADO, SANDRA: CALAMUS RESNANCES II, 2001, 347-365)
Proyecto de Investigación BFF2000-1069 de la DGICYT)
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