Nos adentramos nuevamente en la prehistoria del cine para conocer a un investigador y científico cuyo empecinamiento consiguió desarrollar una especie de cronofotógrafo con el que sacar de dudas a dos magnates americanos que dudaban sobre si un caballo mantenía una de sus patas en el suelo o era capaz de mantenerlas elevadas un instante. Por cierto que en próximas entradas abordaré el tema de la persistencia retiniana como un mito más que como una teoría.
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